Una invitación al San Juan

Esto no debería ser una presentación más o menos formal de un Colegio Mayor, sino una invitación a formar parte de una leyenda viva por un módico precio. En todos los Colegios Mayores se estudia, se come y se duerme, y seguro que los habrá mejores, sobre eso la doctrina está dividida. Pero si un Colegio Mayor debe ser algo más que un lugar para comer y dormir mientras duran los estudios universitarios, entonces estás en la página de un Colegio muy bueno, probablemente el mejor.

Un universitario no es sólo la prolongación de un estudiante de bachillerato con otras asignaturas, no es un especialista unidimensional, ciego y sordo a la historia de su tiempo, a la cultura, al arte, a las otras ramas del saber humano. Por el contrario, la Universidad supone un salto cualitativo en la formación de los jóvenes, debe ser una apertura al mundo, a la complejidad de la que deberán responsabilizarse no mucho más tarde, como profesionales, como dirigentes o como ciudadanos decentes. Por eso, para nosotros, lo esencial es la experiencia formativa, y si lo que se busca es un lugar de formación de espíritus independientes, cultos, tolerantes y comprometidos con sus deberes como profesionales y como ciudadanos, no se encontrara un sitio mejor que éste. El San Juan Evangelista es así desde que se fundó, y ha dado más o menos igual quien lo dirija, porque el estupendo milagro que se repite cada año, ajeno a la dirección, al patronato, a todo lo demás, son sus cuatrocientos colegiales, jóvenes de toda España que constituyen un ambiente formativo verdaderamente único. Gente brillante, inquieta, que llegan de todos los rincones y encuentran un lugar en el que es posible sacar lo mejor que llevan dentro.